Amon Goeth, es uno de los villanos reales más malvados
de la historia del cine. Fascinante y a la vez, aterrador. Aparece como
personaje secundario en “La lista de Schindler” de 1993, donde Raplh Fiennes,
lo interpreta de modo magistral y obtiene una nominación al Oscar como actor de
reparto. Desde su aparición en la pantalla a bordo del automóvil que lo traslada
al campo de prisioneros de Plazow, Goeth provoca en el espectador cierto temor
mezclado con odio. Sucede que este militar nazi de origen austriaco, ejerce su
poder sin culpa alguna, como si fuera una máquina sanguinaria de matar. Tenía
la costumbre de disparar por diversión a cualquier inocente del campo de
concentración, de un modo totalmente aleatorio, desde la colina donde se
ubicaba su vivienda. Un prisionero ante él, se hallaba no solo indefenso, sino
que además, en una total incertidumbre. Ignoraba si su comportamiento lo
mantendría con vida o terminaría asesinado como muchos. Una especie de Doble
vínculo donde resulta imposible encontrar la respuesta adecuada. Fue conocido
como el Verdugo de Plazow. Además, el Goeth real, participó en la liquidación
del gueto de Tarnov y el campo de concentración de Szebnie. Afirmar que Goeth,
representaba a la muerte no es exagerar, y Spielberg lo deja plasmado en
escenas dramáticas como el asesinato de la prisionera que cuestiona los
cimientos de una construcción para evitar su caída, o la absurda muerte del joven
que falla al limpiar una bañera donde el malvado Goeth se ensucia una uña, lo
que motiva el insólito final del joven.
Lo paradójico del caso de Amon Goeth, fue que la
propia SS lo arrestó en septiembre de 1944 por robo de propiedades al estado
nazi, pero como Alemania estaba muy cerca de perder la guerra, la acusación no
prosperó.
En
1946 fue extraditado a Polonia, donde un tribunal lo condenó a muerte por los múltiples
asesinatos cometidos. Sin duda, Amon Goeth representa a uno de los villanos más
famosos de la historia del cine. Una lástima que existiera en la vida real.
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