En “Crónica de una muerte anunciada”, García Márquez
nos anuncia la fatalidad desde el título. Es como si nos contaran el final de
la historia desde el principio. ¿Dónde radica entonces el éxito de esta novela
corta? ¿Dónde está la clave de su capacidad de capturar a un lector que ya
conoce el desenlace? Considero que la respuesta no solo se encuentra en la
temática universal utilizada, sino en el tratamiento de la historia misma. El
título nos anuncia una crónica, pero sabemos que no lo es, puesto que no ofrece
una sucesión ordenada de hechos, y ni siquiera narra los más importantes. Por
ejemplo, jamás nos enteramos con certeza, quién es el verdadero culpable de
mancillar el honor de Ángela Vicario, solo llegamos a sospecharlo.
En
realidad, esta pequeña (en extensión) obra maestra de García Márquez, está presentada
como una tragedia griega, donde el protagonista es un héroe trágico: Santiago
que terminará muerto sin ser culpable, y todo por obra de la fatalidad,
recordemos que los hermanos de Ángela, luego de su reacción inicial, ya no
quieren asesinar a Santiago, pero nadie en el pueblo, que cumple las funciones
del coro de la tragedia griega, llega avisarle a la futura víctima, y el funesto
suceso termina consumado. El pueblo representa un coro que se limita a observar,
cediendo paso al fatalismo extremo, cuando la misma madre de Santiago cierra la
puerta, convencida de que su hijo está a salvo en casa.
Además, toda esta serie de sucesos, nos deja otra
sensación. El lector queda frustrado por la convicción de que el asesinato pudo
evitarse, y no solo eso, cuando uno vuelve a leer la novela, surge la esperanza
de que en esta oportunidad, Santiago sobrevivirá, ya que no es posible morir de
una manera tan absurda. Es increíble, pero así sucede. También, podría parecer
inverosímil que todo un pueblo conozca el destino del protagonista, y no sea
capaz de comunicárselo, pero no sucede así. Aquí radica la maestría del Nobel
colombiano, convencer al lector de que es posible. Para todos aquellos que
todavía no han accedido a esta obra, los invito a leerla, estoy convencido de
que no se arrepentirán.