lunes, 27 de noviembre de 2017

OTRO MÁS QUE MUERDE EL POLVO DE FERNANDO ESPÍRITU


                               
                                     COMENTARIO DE MARCO GARCÍA FALCÓN


Los relatos que componen este libro son precisos y concentrados, con un especial talento para dibujar a los personajes a través de sus acciones y el curso de sus pensamientos. Eso y cierta aureola de derrota y de melancolía nos hacen recordar al Ribeyro más logrado de los primeros libros. Fernando Espíritu ha comprendido que el arte narrativo supone un aprendizaje en el que se avanza con paciencia y constancia, y por eso cada una de sus entregas es mejor que la anterior.

domingo, 12 de noviembre de 2017

TODO EN LOS CABALLOS ES MISTERIOSO



De este modo, inicia Savater (2003) un artículo titulado “Un derby con espejismo”, donde sostiene con gran acierto que resulta casi imposible hacer un pronóstico en una carrera de caballos. Es decir, que ni siquiera el más conocedor de la hípica es capaz de garantizar un resultado. Es evidente. La pregunta es ¿por qué? La respuesta también parece simple. Los caballos son animales, no robots programables. Algunos son ideáticos, otros tienen humor cambiante y unos terceros parecen mansas palomas y así. Su carácter es tan diverso como el de los seres humanos, por eso, cuando parece que una tarde de clásico, todo está dispuesto para el triunfo de un ejemplar determinado, este pierde de modo increíble. En la mayoría de los casos, es posible llegar a comprender las razones de su derrota, pero casi siempre será después de la carrera, cuando ya todo está perdido. Hay excepciones, claro. Por ejemplo, cuando Ferrando vaticinó la derrota del caballo favorito argentino Hall of Arts en el Latinoamericano de 1987, corrido en Monterrico debido a un mal entrenamiento durante la semana, pero reitero, son excepciones. La realidad, es que no sabemos casi nada acerca del desempeño de un caballo de carrera. 

       Es posible contraargumentar que se conoce su velocidad, su coraje, su estilo de carrera. De acuerdo, todos estos argumentos son válidos, sin embargo, nada garantiza el desempeño, ni siquiera del mejor crack en una carrera, sino por qué Golden Form perdía todos los clásicos internacionales, incluido el Jockey Club disputado en Monterrico, cuando de local arrasaba a sus rivales. En cambio, conocemos la razón de la única decepción internacional que nos proporcionó el caballo Misilero en un Latinoamericano, se había resfriado y no tuvo tiempo de recuperarse por completo, pero en esa carrera también corrió otro grande la hípica peruana El Duce, y qué coincidencia, fue también, su único fracaso internacional, ya que, siempre tuvo destacadas actuaciones fuera de nuestras fronteras cuando le correspondió representarnos. ¿Y qué le pasó ese día? No lo sé. Quizá quiso correr al lado de su compañero que conocía de Monterrico, y como Misilero no avanzó, él tampoco y se mantuvo a su lado o como dijo el mismo Ferrando, decepcionado por la actuación peruana al culminar la carrera: “Hoy, a los caballos peruanos, simplemente no les dio la gana de correr”.

        Por otro lado, sabemos los motivos de las derrotas de Black Coffey y Clapton en el Pellegrini del año 2000, se enfrentaron a caballos superiores, así de simple, y como es lógico, perdieron. No había nada que reclamar. Quizá Clapton vino algo adelantado y no era su costumbre, pero Black Coffey corrió como siempre.

       ¿Y sucede lo mismo con las victorias? La respuesta es afirmativa, solo que desde mi punto de vista, sucede en menos ocasiones. El triunfo de Capitán Garfio en el Derby Nacional de 1997, es un buen ejemplo. Son los llamados “Golpes” o resultados sorpresa, que se producen cuando un ejemplar, que en apariencia tiene pocas opciones, termina derrotando a los favoritos. Es un aspecto hermoso de la hípica, lo misteriosos que resultan los caballos, y así debe ser, de lo contrario sería muy aburrido, asistir a una carrera donde estamos seguros de quién será el triunfador.