domingo, 29 de noviembre de 2015

PRESENTACIÓN DEL LIBRO: “HASTA SIEMPRE, YODA” DE FERNANDO ESPÍRITU


“Hasta siempre, Yoda”, es el nuevo libro de cuentos del psicólogo y escritor Fernando Espíritu, editado por Intermezzotropical. La presentación tendrá lugar en la Feria del libro Ricardo Palma, en la sala Antonio Cisneros, el viernes 04 de diciembre a las 5:00pm. Presentan la directora de cine y narradora Rossana Díaz Costa, el narrador Roberto Reyes, y modera Victoria Guerrero Peirano, editora de Intermezzotropical.
Sobre el libro de Fernando Espíritu, Rossana Díaz Costa escribe: “Como una inusitada lluvia, que arrasa con sus personajes casi a modo de purificación, los cuentos de Fernando Espíritu nos trasladan a una lima sumida en el caos, gobiernos en crisis y la dictadura fujimorista de los años noventa”.
Fernando Espíritu ha publicado los libros de cuentos: Te queda un poco de café (2011), Qué saben los ajedrecistas de mujeres (2004) y Río salvaje (2002). En el campo de la psicología, ha publicado La pareja en blanco y negro. Amor y conflicto (2013), Psicología y literatura (2009) y La pareja entre el amor y el dolor (2007). Este último, en coautoría con Marivel Aguirre.

Se agradece su participación.

sábado, 21 de noviembre de 2015

AZAR O INCONSCIENTE EN “UN GOLPE DE DADOS”


¿Acaso todos vivimos tragedias griegas como pensaba Freud? ¿Determinismo puro o azar? Es el dilema de Nadja, la protagonista de la novela “Un golpe de dados” de Victoria Guerrero. Quizá las circunstancias de décadas terribles experimentadas en el Perú entre los 80 y 90 han decidido nuestra individualidad. Una individualidad de secretos y añoranzas que colinda con la melancolía. La novela plantea un viaje hacia el interior de uno mismo. Un interior, donde prima el conflicto latente: “Las palabras se convierten en una enfermedad cuando las mantienes dentro de ti”. Y las palabras existen para salir a la luz. ¿Qué otro sentido tendrían? Para Lacan, lo inconsciente está lleno de palabras, pero una palabra destinada a permanecer oculta, carece de trascendencia si no se expresa. Claro que también puede convertirse en acto, en pauta o en síntoma. En el caso de la literatura, este acto se llama escribir,  y cuando uno lee “Un golpe de dados”, tiene la sensación de encontrarse con palabras plagadas de emociones y sentimientos, en la mayoría de los casos encontrados y dialécticos, añoranzas por días felices, matizados con una dosis de melancolía. Sucede que la novela, grafica de modo nítido el psiquismo humano, sin esconder nada, ni pretende brindar la absurda ilusión de muchas personas, por alcanzar aquel estado de nirvana imposible de lograr en una sociedad como la nuestra.

         
      La novela parece rechazar lo normal, lo convencional, y se inclina por lo tanático, ya que la palabra muerte surge en reiteradas ocasiones. Sin embargo, su fin no parece ser el tánatos, sino que enfoca la sinceridad como una necesidad y es presentada como protesta en una sociedad donde todo el mundo prefiere el silencio. “Un golpe de dados” revela el psiquismo tal y como es, alejado del determinismo, sin adornos, ni exageraciones, nos ofrece momentos felices e instantes de pérdidas: “H…desapareció un día de octubre”. Son episodios que se asumen como una culminación de etapas, una vez, elaborada la culpa. La protagonista Nadja padece, así lo demuestran las secciones de Azar y de Comando Plath donde destaca la emoción y la lírica del texto.


Por último, considero que existe un personaje encargado de hacer entender al lector que la tristeza no es suficiente: el Pollo. Personaje que cumple la función de arquetipo, imagen inconsciente presente en todo ser humano, y que nos permite continuar adelante, aceptar la diferencias y luchar por aquello que creemos, porque llega un momento en la vida donde es necesario lanzar los dados. Felicitaciones a Victoria Guerrero por escribir una novela, que nos recuerda cómo es la vida y cómo somos nosotros.

sábado, 14 de noviembre de 2015

LA VERDADERA TRAGEDIA


Es lamentable lo sucedido en Francia. Más de cien muertes absurdas porque no existe ninguna razón, ni mucho menos una ideología que sustente la muerte de siquiera un ser humano. Lo sucedido ayer es una muestra del caos total, al cual, la indiferencia del hombre por sus semejantes lo ha llevado. Muertes, destrucción, violencia. Qué más estamos esperando para que exista una reacción. Primero, empezamos a destruir el planeta como si tuviéramos otro a dónde mudarnos cuando La tierra, nuestra hermosa Tierra, quede totalmente depredada. Y ahora, estamos aniquilando de modo salvaje al propio ser humano, a nuestro semejante. Tales sucesos dejan familias rotas, sociedades enfermas, disfuncionales. Y lo peor, es la apatía de los semejantes. Claro, al siguiente día una gran mayoría opta por la huachafería de colocar los colores de la bandera francesa en sus fotos de facebook. Otros proponen orar por las víctimas y los familiares, como si ello, les devolviera la vida o paliara su dolor. Es como pretender que la fantasía se imponga sobre la realidad. Es negar la realidad  y solo es una muestra más del mundo absurdo en el cual vivimos, y no me importa parecer alguien que va contra la corriente. No, solo estoy escribiendo desde la ira, desde la vergüenza, desde el desconcierto, que con seguridad, muchos argumentaran, no son buenos consejeros.

Pero sucede que no entiendo porque el dolor de los demás no motiva reacciones. No es suficiente sentirse conmovido. No, de ninguna manera, lamentarse no basta. Las acciones se imponen. Como sostenía Sontag, notable ensayista americana, la indiferencia se ha apoderado del ser humano. De lo contrario cómo entender lo sucedido en Francia.


Y ¿solo en Francia? ¿Y qué pasó con los jóvenes decapitados en México? ¿Con los palestinos y sirios que mueren todos los días? Pero ni siquiera hay necesidad de dirigir nuestra mirada tan lejos. ¿Qué sucede con nuestros compatriotas víctimas de los rezagos de Sendero, o con aquellos niños que todos los años mueren por culpa del frío en los Andes? Nadie dice nada. Es como si no existieran. ¿Acaso esperamos que un gobierno corrupto, que de manera desesperada intenta esconder sus fechorías, se dirija hacia los niños y los rescate? Eso no va a suceder. Es imperativo comenzar por nuestro semejante, ayudarlo de acuerdo a nuestras posibilidades, y cuando ellas se agotan, hacer un esfuerzo adicional. De lo contrario, esta sociedad dejará de llamarse como tal. Esa es la verdadera tragedia.