domingo, 29 de diciembre de 2019

UNA FÁBULA ÁRABE ACERCA DEL ÉXITO



Cuando uno busca el éxito, en la mayoría de las ocasiones, va posponiendo aspectos importantes de la vida para el mañana. Reír, amar, compartir con el prójimo o simplemente disfrutar de la vida, se convierten en obstáculos para quienes ambicionan el éxito. Al respecto, existe una fábula árabe que considero pertinente para reflexionar sobre el tema.

            Dicen que cuando Dios creó al hombre, a cada individuo le dijo algo al oído: “Nunca he creado a nadie como tú. Tú eres especial. Todos los demás son ordinarios”. Y hasta la actualidad, Dios o la sociedad nos siguen contando esta fábula, y dependiendo del significado que se le atribuya, puede resultar una broma siniestra. La razón es sencilla, sucede que todo el mundo está en la misma situación, es decir cree que es especial y por lo tanto, piensa que lo merece todo.


            Una forma de manifestar esta creencia es la búsqueda del éxito, el inconveniente radica en que millones de personas buscan lo mismo, y solo muy pocos lo alcanzan, esto crea una inmensa frustración. Las personas se tensan mientras se esfuerzan por alcanzar más de lo que tienen, y no perciben que en el camino se pierden diversas oportunidades para disfrutar de la vida. Si cada uno, solo se dedicara a lo suyo, se evitarían la mayoría de los conflictos, disputas laborales, profesionales y de todo tipo. ¿Cuál es el costo del éxito? En muchas ocasiones, la pérdida de la vida misma porque la infancia, la juventud, la vida en su totalidad se va en un abrir y cerrar de ojos. Buscar significa mirar en una sola dirección y perder miles de oportunidades para vivir. Es la paradoja de la existencia. Lo único que cuenta es el resultado final. ¿Fuiste capaz de vivir cada momento de tu vida o te lo perdiste por buscar algo más? En la respuesta a esta pregunta radica lo que cada uno entiende por éxito.