jueves, 29 de julio de 2021

FICCIÓN EN EL ENAMORAMIENTO Y SEPARACIÓN

 

Cuando tenemos la necesidad de una nueva perspectiva, una concepción diferente del mundo, ya sea porque nuestra percepción del entorno cambia o porque los cambios del mismo son reales, surge la ficción, el enamoramiento. Este es uno de los motivos por los cuáles, hay personas que jamás se enamoran, viven en medio de la apatía o del temor, habitan demasiado seguros en su mundo y alrededor han construido un cerco protector de racionalidad, qué si bien los defiende del dolor propio de la frustración amorosa, también los priva de la alegría del enamoramiento.

            Enamorarse no solo implica ilusión, sino además, representa la disolución del entorno social del individuo para trasladarlo a otro mágico y momentáneo, es decir, la vida cotidiana se destruye para dar paso a otra forma de vida, el escape hacia la ficción. La actitud hacia el mundo cambia porque ahora se incluyen nuevos comportamientos, valores, leyes. Surge una lógica diferente que nos aleja de lo habitual y nos acerca a lo desconocido. Y lo desconocido emociona, ilusiona, pero también angustia, aquí la ambivalencia de los enamorados. Son presa de una alegría inmensa en presencia del objeto amado y a la vez, experimentan un miedo terrible al rechazo o fracaso de la relación. Sucede que, en ocasiones, la persona que nos ayuda a transformar nuestro mundo y, por consiguiente, nos transforma a nosotros mismos, se aleja. Es el retorno a la realidad.


¿Significa entonces, que en la separación retornamos a la realidad? No, la realidad no tolerada por muchos, provocó la separación. Lo que sucede es el retorno al mundo habitual, un mundo que el enamorado ya no desea, porque fue dejado de lado y reconstruido con alegría, y ahora retornar significa abandonar aquella sensación tan placentera que encontró su satisfacción en el cumplimiento de un deseo. Un enamoramiento abortado en un mundo que ya no existe, ¿o sí?


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