¿Acaso todos vivimos tragedias griegas como pensaba
Freud? ¿Determinismo puro o azar? Es el dilema de Nadja, la protagonista de la
novela “Un golpe de dados” de Victoria Guerrero. Quizá las circunstancias de
décadas terribles experimentadas en el Perú entre los 80 y 90 han decidido
nuestra individualidad. Una individualidad de secretos y añoranzas que colinda
con la melancolía. La novela plantea un viaje hacia el interior de uno mismo.
Un interior, donde prima el conflicto latente: “Las palabras se convierten en
una enfermedad cuando las mantienes dentro de ti”. Y las palabras existen para
salir a la luz. ¿Qué otro sentido tendrían? Para Lacan, lo inconsciente está
lleno de palabras, pero una palabra destinada a permanecer oculta, carece de
trascendencia si no se expresa. Claro que también puede convertirse en acto, en
pauta o en síntoma. En el caso de la literatura, este acto se llama escribir, y cuando uno lee “Un golpe de dados”, tiene la
sensación de encontrarse con palabras plagadas de emociones y sentimientos, en
la mayoría de los casos encontrados y dialécticos, añoranzas por días felices,
matizados con una dosis de melancolía. Sucede que la novela, grafica de modo
nítido el psiquismo humano, sin esconder nada, ni pretende brindar la absurda
ilusión de muchas personas, por alcanzar aquel estado de nirvana imposible de
lograr en una sociedad como la nuestra.
La
novela parece rechazar lo normal, lo convencional, y se inclina por lo
tanático, ya que la palabra muerte surge en reiteradas ocasiones. Sin embargo,
su fin no parece ser el tánatos, sino que enfoca la sinceridad como una
necesidad y es presentada como protesta en una sociedad donde todo el mundo
prefiere el silencio. “Un golpe de dados” revela el psiquismo tal y como es, alejado
del determinismo, sin adornos, ni exageraciones, nos ofrece momentos felices e instantes
de pérdidas: “H…desapareció un día de octubre”. Son episodios que se asumen
como una culminación de etapas, una vez, elaborada la culpa. La protagonista
Nadja padece, así lo demuestran las secciones de Azar y de Comando Plath donde
destaca la emoción y la lírica del texto.
Por último, considero que existe un personaje encargado
de hacer entender al lector que la tristeza no es suficiente: el Pollo.
Personaje que cumple la función de arquetipo, imagen inconsciente presente en
todo ser humano, y que nos permite continuar adelante, aceptar la diferencias y
luchar por aquello que creemos, porque llega un momento en la vida donde es
necesario lanzar los dados. Felicitaciones a Victoria Guerrero por escribir una
novela, que nos recuerda cómo es la vida y cómo somos nosotros.