lunes, 20 de mayo de 2013

HASTA SIEMPRE, MI QUERIDA KITTY


Estuvimos juntos un poco más de catorce años. La primera vez que te vi apenas medías unos centímetros. Eras una bolita de pelos con unos grandes y adorables ojos marrones llenos de vida. Vida que compartiste conmigo en las buenas y en las malas. Tenías nombre de gata pero eras una linda pekinesa de color caramelo. Fuiste mi mejor amiga. Compartiste mis triunfos, alegraste mis tristezas, nunca me engañaste, nunca jugaste sucio. Eras la compañía ideal. No imaginas como extraño tus correrías y saltos por toda la casa. Subirte a tu ventana preferida y mirar juntos hacia la calle. Irradiabas alegría. Toda la alegría y el entusiasmo que a mí me falta. La familia te llamaba Kitty bebé, porque parecías un cachorro de peluche, por eso me gustaba cargarte, sentir tu ternura. El día que partí de casa de mis padres, te quedaste con ellos. Era lo mejor. En adelante viviría en un departamento solo, adonde apenas llegaría por las noches a dormir. No hubiera sido conveniente que me acompañaras. ¿Qué hubieras hecho encerrada sola todo el día? En casa de mis padres, no solo estaban ellos, sino mi abuela que te adoraba. Toda la familia te amaba, y lo hacían porque eras un miembro más de nuestra pequeña tribu.

Fueron catorce años, y en catorce años ocurren innumerables circunstancias. Sucesos dignos de recordar y otros para olvidar, pero nada de arrepentirse de lo vivido. Eso jamás. Lo aprendí de ti. No es cierto que el hombre, sea un animal superior. La naturaleza es más sabia y su sabiduría se presenta de la forma menos esperada. Además, solo se arrepienten los pusilánimes, los débiles de carácter que no son capaces de afrontar la responsabilidad de sus actos. Considero un deber del ser humano asumir sus logros y sus fracasos, sus aciertos y equivocaciones, porque ello, nos convierte en quienes somos, nos define. No es válido arrepentirse de alguna acción propia. Ya está hecho. Si es posible corregirla, hay que hacerlo, de lo contrario solo queda asumir las consecuencias con hidalguía y seguir adelante. No existe otra alternativa. Y en los catorce años que me acompañaste, fuiste testigo de mis escasos aciertos e incontables errores.  Presenciaste cómo el estudiante se convirtió en profesional y luego, en docente universitario. También fuiste testigo en primera fila de cómo pasé de aspirante a escritor a ser autor de cuatro de mis cinco libros hasta el momento publicados. Tu partida impidió que vieras Te queda un poco de café, aunque escuchaste la mayoría de los cuentos que formaron parte del libro. Era una costumbre para algunos absurda. Leer mis cuentos a mi perro, como si entendiera. Para mí, el entendimiento no pasaba de ser un detalle carente de importancia. Se trataba de ti mi querida pekinesa. Mi mejor amiga durante catorce años. Cómo extraño tu alegría al recibirme, tus ladridos, tus cosquillas, incluso tu mal humor, porque a los amigos se los acepta tal y como son. En aquellos catorce años, perdí más amigos de los que gané. Una irrelevancia, si uno comprende y acepta que la mejor compañía para un aspirante a escritor, es la soledad. Escribir es una actividad solitaria. Si uno vive con una familia hay que atreverse a cerrar la puerta, lo dicen la mayoría de escritores King, Gardner, Vargas Llosa. Además, estabas tú que me acompañaba mientras escribía. Solo me resta una promesa que hacerte, mi querida Kitty. Nunca arrepentirme de nada. Nunca. Te lo prometo.

5 comentarios:

  1. Me impresiona tu ingenio al escribir. Además de ameno, partes del mensaje me impactaron. Emotivo lo que compartes sobre Kitty. Bonita forma de homenajear al mejor amigo del hombre. Sigue adelante... all the best in your writing!

    ResponderEliminar
  2. Indudablemente el mejor amigo del hombre es el perro , aquel que nos acompaña toda una vida .
    Y también nos deja muchas enseñanzas , nos demuestra su cariño .
    Recuerdo cuando estaba triste y llorando cuando era pequeña . Tan solo me bastaba ver a mi perrito para que toda esa tristeza , nostalgia que me embargaba se esfumara en un instante.

    ResponderEliminar
  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  4. Son innumerables las veces que veo su foto recordando cada travesura,alegría y enojos que me daba, no creo poder despedirme algún día pues siento que siempre esta ahí.
    Lo mejor que puedo rescatar de Checho, fue que no es necesario palabras para demostrar acciones,no hay mejor lugar para mi que su recuerdo me habite siempre.
    IVONNE (V-C)

    ResponderEliminar
  5. indudablemente fue un relato que me conmovio mucho ya que amo a los animales mas que a nada en el mundo y me siento muy indentificada porque tube una perrita pareceida que ni mas ni menos ella me dio todo y mas aun en los momentos dificiles, sin pedir nada a cambio porque ellos son incondicionales le felicito por expresarse asi de un ser tan hermosos como un animal me dejo sin palabras ... gracias por querer asi a los animales ...
    v ciclo
    psicologia y literatura
    jaclyn kelly navarro ato
    alas peruanas

    ResponderEliminar